Ver Olvídate de Mi (Eternal Sunshine of the Spotless Mind en inglés, una de esas brillantes traducciones de título típicas de los doblajes españoles) inevitablemente nos lleva cara a cara con Memento. Y es que ambas películas juegan con los mismos conceptos centrados en el vital papel que juega la memoria en la construcción de quienes somos, qué pensamos y hacemos, y cómo interactuamos con el mundo que nos rodea. Y ambas, desde perspectivas parecidas y diferentes a la vez, nos permiten enfocar ese elemento clave, cada vez más importante en un mundo donde las enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson traen esto al frente en todo momento.
Olvídate de Mi, en concreto, lo que hace es cogernos de la mano y llevarnos en un profundo paseo por la memoria de la relación de una pareja, los momentos buenos, los malos, y como todo ello se trastoca al olvidar uno de ellos al otro gracias a una nueva tecnología (muy heredera, todo sea dicho, de K. Dick en sus historias como Total Recall). A partir de ahí, la historia nos va a ir llevando por cómo la identidad de sus participantes se va construyendo la una en interacción con la otra, y cómo al hacerlo se reconstruyen continuamente en lo que es una relación interpersonal humana normal.