Escrito por Peter Berger y Thomas Luckmann, este libro es (con razón) considerado sin duda uno de los clásicos de la sociología. Bien escrito, claro, lleno de reflexiones interesantes y profundas que construyen piezas y ladrillos que continuamente van a ser usados posteriormente para levantar un edificio sin duda brillante, el resultado es un texto que vale mucho la pena leer. Y creo que, además, se complementa muy bien con Las Palabras y las Cosas de Foucault.
Es un libro, en buena medida, diferente a las teorías sociológicas clásicas porque es un libro estructuralista desde abajo. Las tesis estructuralistas suelen decir que la superestructura domina a los habitantes, condicionando sus vidas y manejando la forma en que interactúan bien para defender unos intereses de las clases dominantes (la posición típica marxista) como para simplemente garantizar el buen funcionamiento de la sociedad (la posición más funcionalista). En la otra cara de la moneda, las teorías enfocadas desde abajo muestran cómo la sociedad se construye y elabora a partir de las identidades e interacciones cotidianas de la gente (las posiciones típicas de la Escuela de Chicago, etnometodología, etc.).