Empecemos por el principio: el capitalismo, como todos los sistemas económicos que han existido, es un mecanismo para gestionar la distribución desigual de unos recursos finitos. La concreción más clara de esto son las dos curvas de oferta y demanda, que estipulan dos cosas: cuantas más copias de la cosa a la venta haya, menos valor tiene; y cuanta más gente quiere comprar esas cosas, más valen. De este modo, el punto donde ambas curvas se cruzan se calcula que es el precio apropiado para ese bien, porque como el dinero que tiene cada persona para comprar cosas es limitado, a mayor sea su coste menor cantidad de gente puede conseguirlo, de modo que a medida que sube el precio baja la cantidad de gente que lo quiere comprar y, al contrario, aumenta la cantidad de gente que lo quiere vender.
Y como sistema de gestión de recursos finitos funciona, más o menos, contando con todas las injusticias que genera un sistema así, que se concretan en las desigualdades de riqueza. Sobre estas curvas se crea el sistema capitalista, donde las fábricas generan trabajo remunerado para sus empleados, pero los bienes que generan valen más que lo que cuesta generarlos, de modo que el dueño de la fábrica se queda con ese exceso como su propio beneficio, la llamada plusvalía.

Durante dos horas, Charles Ferguson construye una enormemente elaborada visión sobre la crisis financiera de 2008 que inició la actual crisis económica. Así, lentamente comienza con los precedentes, los mecanismos que la hicieron posibles, y las mecánicas que llevaron a su aparición; a medida que avanza y gana fuerza, pasa a la crisis en si, a los responsables, y a las medidas que (no) se tomaron para solucionarla; y, finalmente, llega a las consecuencias, al lugar que ocupan esas personas en la actualidad, a las contradicciones del sistema.
Esta película nos narra la historia de una compañía financiera ficticia en los días del comienzo de la crisis económica de 2008. Bien podría ser el día antes del colapso de Goldman & Sachs, por ejemplo. Es un drama de una noche, que se dedica a mostrar más la parte personal que la parte económica (explicada de modo sucinto, pero claro, lo cual es de agradecer) de la crisis. Y esa es precisamente su mayor virtud.
Esta película nos narra la historia de una serie de tiburones financieros en el comienzo de la crisis financiera de 2008. Dejando de lado la historia narrativa en sí (entretenida y con personajes bastante bien creados), nos queda una muy interesante explicación del origen de la crisis económica en la que vivimos actualmente.