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Crítica de Libro: la Constitución Europea

Escrito por Santiago Petschen en el año 2005, y subtitulado “Una Visión Desde la Perspectiva del Poder”, es un libro que buscaba explicar a la gente los cambios que implicaría la Constitución Europea que tendrían que votar poco después en referendum. En principio, y teniendo en cuenta que el referendum fue fallido en Francia y Holanda, y la Constitución cancelada, podría parecer que es un libro anticuado y de poca utilidad. Sin embargo, con la llegada del Tratado de Lisboa (que, básicamente, introduce casitodo lo que introducía la Constitución), este libro ha vuelto a recuperar su validez, no ya como una predicción, sino en gran medida como una realidad (aunque el tiempo ha corregido algunas de las apreciaciones).

La parte quizás más clave y central a todo el libro parte de la legitimidad. Según Petschen, la Unión Europea se basa en dos ejes de legitimidad que dan solidez y base a su propia existencia: por un lado, está el eje estatal, que se basa en que todos los Estados miembros han aceptado sus normas y situación, y esta ha sido recogida en numerosos tratados legales de alto rango; el otro eje es el de la legitimidad popular, que se obtiene a través de las elecciones por parte del pueblo.

El primer eje empieza en los Parlamentos Estatales, y de ahí avanza al Consejo, donde se encuentran representados los Ministros de los diferentes Estados (como corresponde a los Ministros, son por tanto los miembros del Gobierno del Estado y, normalmente, del partido mayoritario en los Congresos Estatales). De ahí, al Consejo Europeo, compuesto por los Presidentes de los Estados, máximos dirigentes de sus Gobiernos.

El segundo eje empieza con el pueblo Europeo, y según los textos de la Constitución es el más importante. De ahí, el pueblo cede su poder a un Parlamento Europeo escogido por medio de elecciones directas. Y este, mediante su ratificación de todos los miembros de la Comisión, se lo cede a esta.

En teoría, la Constitución dice que el más importante es el pueblo, pero si seguimos el análisis de Petschen (y de otros autores) nos encontramos con que el poder en realidad no lo confirma. La Comisión vio sus poderes permanecer igual, o incluso algo restringidos con respecto a la situación anterior al Tratado de Lisboa (o de la Constitución), mientras que el Parlamento crecía en poder un buen trecho. Sin embargo, el verdadero ganador fue el Consejo Europeo, que pasó de ser un grupo al margen de las instituciones europeas a convertirse en la institución con más poderes y atribuciones de la misma con la introducción del Tratado de Lisboa.

Esto lo que trasluce en gran medida es lo que vemos en las noticias todos los días: cada vez más la Unión deja de ser una Comunidad para convertirse en una colección de Estados que colaboran o no según sirva y beneficie estrictamente a sus propios intereses. Y esto no beneficia a nadie a largo plazo, sólo a la división y a la marginación. Parece que ahora, aprovechando la crisis, la Comisión quiere contraatacar con un cierto control de las finanzas y los impuestos en los Estados. Habrá que estar atentos y ver hacia dónde evoluciona.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de este libro?

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