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¿Es Suficiente el Cambio en el PSOE?

Urna-hambrientaEl sistema político español es lo que se denomina una partitocracia: osea, el gobierno de los partidos. No se trata de una democracia, por mucho que sea eso lo que pone la Constitución, sino que se trata del gobierno de unos partidos que equilibran sus juegos de poder en base a las elecciones regulares que es toda participación que puedan tener los españoles en su propio gobierno. Una democracia meramente formal, teñida de cosas de tapadillo, escándalos y problemas fruto de una élite política que realmente no tiene que rendir cuentas en exceso y que tiene una vergonzosa alergia a aceptar responsabilidades por sus fracasos sucesivos. Tal y como tan adecuadamente la retrata Forges en la imagen que precede, con el sistema devorando inútilmente la participación ciudadana. Así pintado, la verdad, el panorama es más bien oscuro, y el hecho de que Rajoy continúe en el poder es buen ejemplo de esa oscuridad.Pero este contexto era el que teníamos desde el comienzo de nuestra democracia, ¿qué ha cambiado desde entonces para que no la veamos igual? Con los años, la sociedad española ha ido lentamente madurando política y democráticamente. Las generaciones actuales ya han nacido en la democracia y no tienen la comparación con la dictadura para fortalecer su apego a la situación actual, la dictadura cada vez más es un recuerdo de los libros de historia, no algo con lo que los españoles realmente convivan a menudo.

Y en este creciente proceso de maduración política, lo que hemos visto es que la sociedad civil se ha ido organizando cada vez más, de modo más eficaz o menos según el caso. Desde el difuso y desorganizado movimiento del 15-M al eficaz combate de la PAH contra los deshaucios, la aparición de cooperativas y la consolidación de tejidos asociativos nuevos que vienen a rellenar los huecos dejados por unos sindicatos vaciados de poder y capacidad de acción. Y esta nueva sociedad civil nace con la presión de una crisis económica y política que ha llevado a que la deslegitimación de todo el sistema político español (y, en gran medida, global como muestran las noticias de rechazo desde Francia a Estados Unidos), y en respuesta a ello exige y demanda nuevos modos de control político, de respuesta ante los ciudadanos, y de articulación de la sociedad. Y no lo hacen sin conocimiento, sino que las encuestas del Barómetro del Real Instituto Elcano muestran en sus oleadas el creciente interés de los españoles por las noticias políticas nacionales e internacionales, señal inequívoca de su creciente entendimiento e interés por estas cuestiones.

Es en este contexto actual en el que nos encontramos con la reciente propuesta del PSOE para intentar recuperar a sus votantes. El aliciente principal: un programa más de izquierdas, y sobretodo unas elecciones primarias. Este es un elemento importante, porque retira el poder político a los partidos. Hasta ahora, para tener un cargo político no había necesidad de ser buen político o tener las ideas claras, sólo ser mejor que tus competidores dentro del partido a la hora de asegurar favores, garantizar apoyos y conseguir chantajes y presión. La partitocracia se alimentaba de estos partidos monolíticos donde las luchas por el poder interno eran más importantes que conseguir el apoyo de los ciudadanos.

Someter la elección de los dirigentes al proceso de unas primarias es un cambio importante en la dinámica política del país, ya que quita al aparato del partido gran parte de su poder a la hora de condicionar la política. Ahora, los candidatos deberán acudir a la fuente de legitimidad única en democracia: la ciudadana. Y, al hacerlo, podremos encontrarnos casos como el de Obama, que en sus primarias vención a Hillary Clinton pese a que ella contaba con los recursos del Partido Demócrata.

Así pues, es un paso en la dirección adecuada pero, lamentablemente, en mi opinión es un paso insuficiente. Nos encauza en la mecánica de sistemas democráticos mejores, más sólidos y que muestran un mayor control del pueblo… pero hoy en día, incluso esos sistemas políticos se encuentran en entredicho y desligitimados. Nos encauza a los pasos que otros comienzan a ver que son insuficientes, a modelos políticos que fueron eficaces en el siglo XX y que sin embargo empiezan a no serlo en las sociedades de la información y conocimiento del XXI.

Por ello, puede que como movimiento político sea eficaz a la hora de atraer de nuevo a los votantes perdidos, y desde luego es un buen paso en dirección al lento desmantelamiento o debilitamiento de la partitocracia… pero en mi opinión es claramente insuficiente.

Necesitamos cambios más valientes, que vayan más allá, y que nos lleven lentamente hacia nuevos modelos políticos más participativos, más democráticos, más horizontales y más transparentes. Sino, sólo habremos puesto cubos debajo de las goteras que el tejado democrático español tiene desde hace mucho: son mejores que nada, desde luego, pero el techo se hunde.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas del cambio? ¿Es más que pura fachada, o sólo apariencia?

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