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Reflexiones personales

La Mentira de la Libertad de Acción

A menudo escuchamos hablar de la libertad de accion, o la libre voluntad. Se las toma como sinónimos, y significan que somos libres de hacer lo que queremos. Vivimos en sociedades libres, y tenemos el derecho a la libertad concedido en nuestras Constituciones. Sin embargo, esto no es cierto tal como nos lo cuentan, aunque para explicarlo primero definamos las palabras:

Voluntad: la capacidad de la mente humana para tomar decisiones.
Libertad: la ausencia de costes o condicionamientos de cualquier tipo.

Lo primero lo tenemos, lo segundo no.

Cada acción que podemos tomar está determinada socialmente no por nosotros mismos, sino por una colección de valores, leyes y tabúes, que se combinan con los objetivos que son socialmente deseables. La sociedad, así, nos dice lo que puede o no puede ser hecho para alcanzar cada cosa, y qué consecuencias se espera que tengan esas acciones. Un ejemplo: “si trabajas duro, obtendrás una promoción”. Como es obvio, hay un millón de cosas que pueden impedir esto (falta de cualificación, un lameculos, etc), sin embargo la sociedad nos dice que eso es algo que se produce, y muchos se esfuerzan duramente trabajando en busca de ese ascenso. Y eso es porque la gente actúa como si las premisas que la sociedad ha creado fuesen reales, independientemente de que lo sean o no.

Incluso los rebeldes que buscan un cambio en una sociedad están atados por la misma a luchar en ciertos campos. Y es que no todos los campos de una sociedad son libres para que la gente proteste o los cambie (especialmente cuanto más autoritario es el gobierno de una nación). A mayores, como los rebeldes se oponen a ciertos valores sociales o condiciones sociales, básicamente actúan por oposición a lo que la sociedad ha creado, y por tanto están determinados de igual modo por una determinación “negativa”.

Una vez que la sociedad nos ha dado una serie de opciones ante un hecho (sean legales o no, deseables o no, etc), lo que hagas depende de ti. Es el individuo el que escoge entre esas opciones, sin embargo, escoger entre opciones no es auténtica libertad, pues podría haber otra serie de opciones válidas que sin embargo la sociedad no te ha dado alternativa al respecto.

La libertad es, pues, un valor social que la humanidad ha creado para convencerse a si misma de que controlan su entorno, y por ello controlan sus vidas. Y esto es importante, porque el sentimiento de que no controlas tu propia vida es una de las mayores causas de stress que existen, y puede causar daños mentales muy serios si se siente de modo prolongado. Así que la sociedad ha creado este concepto como modo de ocultar la verdad, para que por ello seamos más felices y vivamos menos estresados, aunque sea en una mentira.

¿Y cómo crea la sociedad todas esas cosas que nos “controlan”? La cantidad de métodos son infinitos: empieza con la educación desde pequeñito, cuando mamá y papá nos enseñan que hay cosas que no se tocan/hacen. Eso genera conjuntos de morales, y éticas. Estos son transformados en leyes, y se ponen medios para que esas leyes sean respetadas lo quiera la gente o no. Y la sociedad nos vende desde pequeños, por medio de roles y publicidad, los fines que toda persona quiere: ser rico, famoso, querido, etc. Y los medios por los cuales esos fines se pueden obtener legalmente, e ilegalmente.

Todo esto está dando vueltas en nuestro cerebro cada vez que tenemos que hacer algo, y nos guía en la toma de decisiones. Sumemos por supuesto las consecuencias que preveemos de un hecho (también determinadas en gran parte por la sociedad), así como nuestra experiencia pasada para saber si eso funciona o no, y tenemos la regla de la conducta de la mayor parte de la sociedad. E incluso aquellos que no se guían por ella, lo hacen por su opuesta, la cual obviamente está igualmente determinada por el hecho de que lo opuesto anula cosas nuevas.

De ahí la importancia, y el éxito, de los innovadores, que son aquellos que realmente son capaces de salirse de las normas sociales y “ver más allá” lo que a los demás ni se les había ocurrido que se pudiese hacer. (Des)Afortunadamente, estos son escasos.

Si queréis, podéis añadir a esta ecuación el poder, pues no todos tenemos la misma capacidad a la hora de decidir qué es lo que la sociedad considera adecuado. Los políticos con las leyes, los medios de comunicación con las campañas publicitarias y sus programas… El poder, pues, no sólo es cosa de decidir qué hace cada uno, sino qué piensa. Pero creo que eso merecería un post por si mismo, así que lo dejaré para otra ocasión.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de esto?

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