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Reflexiones personales

Miedo a los Referendum

Me “encanta” el temor que muestran las élites políticas actuales (en la mayor parte del mundo, no sólo España) a la convocación de referendums. Obvian que se tratan de la máxima expresión de la voluntad de un pueblo que, en teoría, es quien gobierna (democracia significa eso, exactamente, “gobierno del pueblo”) y se ocultan detrás de cortinas de humo. Incluso ahora, con 84694 solicitudes de firmas para un referendum acerca de la reforma de la Constitución, los partidos siguen más interesados en buscar réditos de las negociaciones internas que en buscar legitimar los resultados de la modificación de la Ley Suprema y primera (creada por medio del referendum en que fue aprobada).

¿A qué se debe este miedo? Pues, básicamente, a una de estas tres razones, sino se trata de las tres.

-La primera razón, quizás la más manida, es que el pueblo es incapaz de decidir. Es una cuestión demasiado técnica, el pueblo no está formado, no poseen la información para escoger, no tienen la visión política a largo plazo… tonterías. El pueblo español tiene un alto índice de educación, de gente que ha ido a la Universidad, etc. Y cuestiones técnicas ha aprobado con anterioridad, ¿o acaso no fue técnico entrar o no en la OTAN, con todas las consecuencias geopolíticas que implicaba? ¿O la aprobación o no de la Constitución propia y Europea, con toda la creación y modificación de instituciones que ello conlleva? Que se decidan, o somos capaces de decidir (y parece que, cuando se nos ha consultado, lo hemos hecho bien) o dejémonos de pretender que esto es una democracia y regresemos a una tiranía en condiciones.

-La segunda razón podría ser que, si bien el pueblo podría escoger con sabiduría, no conoce todas las implicaciones. De acuerdo. Si somos capaces, entonces explicad las implicaciones. Decidnos que consecuencias tendrá votar que sí, que consecuencias tendrá votar que no, por qué esa ley es o no necesaria, de qué va a servir… Informad al pueblo de por qué se hacen las cosas, eso educa y permite que se tomen decisiones sensatas, documentadas e inteligentes.

-Finalmente, la que en mi opinión es la razón más adecuada, es que simplemente no interesa. El pueblo no puede opinar, porque quizás lleve la contraria a los representantes porque estos no están haciendo lo que el pueblo querría que hiciesen. Pero, el mandato representativo sobre el que se construyen las democracias desde tiempos de Stuart Mill implica que ellos nos representan, osea, son delegados de nuestra voluntad. Quizás (desgraciadamente), con capacidad de juicio y evaluación propia, pero desde luego nunca deberían ir contra los deseos explícitos de la población. Y si hay temor a un referendum es porque los deseos de esa población podrían, muy probablemente, implicar que se votase que no a la reforma.

La combinación de estas tres perspectivas (más la primera y la tercera) nos lleva a la situación actual, donde la democracia parece cada vez más acercarse al epítome de la Francia del XVIII donde se hacía “todo por el pueblo, pero sin el pueblo”. Si vamos a retroceder hasta la Ilustración en materia de política, que no nos tomen el pelo y que lo hagan bien, instauren de nuevo una monarquía plenipotenciaria y benevolente que gobierne como considera mejor para el pueblo.

Y sino, que no vengan con dobles raseros ahora, porque bien que somos capaces, estamos informados, e interesa que participemos en sus elecciones. ¿Y acaso escoger un gobierno no es una cuestión compleja y técnica también? Quizás, la que más, y sin embargo esa bien podemos hacerla y no expresarnos en referendums…

Costán Sequeiros Bruna

PD: si, soy consciente de que este post es más inflamatorio de lo que suelen ser mis escritos en el blog, pero he de admitir que si no lo decía reventaba.

Y tú, ¿qué opinas?

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