La obra más famosa de Nicolás Maquiavelo, y una de las obras más influyentes de la historia de la politología, lo cierto es que en realidad es, a mis ojos, pobre sociológicamente hablando. No me malinterpretéis, es un buen libro, y gran parte de lo que dice es cierto, pero está aquejado de una serie de problemas graves.
El primero, y más obvio, es el tiempo que ha pasado desde que fue escrito. A diferencia de otros muchos libros, el de Maquiavelo está pensado para un mundo donde la clave es el poder militar, y tomar el poder por la fuerza. Por el contrario, hoy en día la clave del poder en la democracia radica en la capacidad para convencer de que estás en lo cierto, en tu capacidad para seducir. Aunque, ciertamente, Maquiavelo habla de esto, le dedica menos páginas que a lo otro, lo cual es una lástima.
Sin embargo, la razón principal de su envejecimiento como libro es que está escrito y diseñado como “manual de política aplicada”. Al igual que “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu, son una serie de análisis y comentarios y consejos muy concretos, para situaciones muy concretas. Obviamente, para los que le dedican el esfuerzo y el tiempo necesario, entre líneas hay escrito mucho más de lo que dice expresamente, en la forma de un análisis del mundo que le rodeaba en términos bastante bien acertados.
Pero el problema es que, hoy en día, ese análisis y esa percepción del mundo han sido integrados ya en muchos otros análisis posteriores, más actuales, complejos y completos. Es obvio que Maquiavelo es el punto de partida del paradigma elitista a la hora de analizar la sociedad, pero autores como Pareto, o Mosca han llevado ese análisis mucho más allá, incorporando muchas cuestiones nuevas que Maquiavelo desconocía, o desarrollando cuestiones que él plantea pero que no llega a llevar más allá de unos cuantos comentarios.
En resumen, es un libro sencillo e interesante, sobretodo si te apetece leer los origenes de las cosas o te estás introduciendo en el mundillo, pero para gente más avanzada en los estudios de lo social probablemente se le quede un poco corto.
Costán Sequeiros Bruna
Y tú, ¿qué opinas de este clásico?