Escrito por Anthony D. Smith, este es un libro bastante sencillo y asequible, destinado a servir como una buena introducción a cualquiera que quiera aproximarse a este fenómeno social de tanta importancia. Así, con un lenguaje claro y sencillo, Smith cubre en el libro desde qué es el nacionalismo, qué características tiene, así como la revisión de las diferentes corrientes teóricas que lo explican. En esta ocasión, para este breve artículo sobre el libro, voy a rescatar unas cuantas definiciones que Smith da, y que pueden ser de utilidad.
Etnia es un conjunto de personas que se sienten que tienen una herencia cultural común. Se sienten miembros de un colectivo diferenciado de otros, sea por idioma, tradiciones, o cualquier otra cuestión. No necesitan nada más que simplemente sentirse e identificarse con esos ideales que tienen en común. Esto, por supuesto, implica que a su vez definen a otros grupos como “diferentes”, y marcan sus diferencias con respecto a ellos. Todos nosotros, por tanto, pertenecemos a una etnia: española, vasca, gallega, zamorana, gótica, pija o lo que deseemos.
Por su parte, el nacionalismo tiene mucho en común con las etnias, pero no es lo mismo. Es un colectivo, ciertamente, que se siente parte de un mismo camino, y diferente de otros. Pero, además, es un colectivo que ocupa y reclama un territorio como propio. Y no sólo eso, los nacionalistas además buscan un cierto grado de independencia, y de gobernarse a si mismos; quizás no tanto como para exigir un Estado propio, pero si un alto grado de autonomía. Además, se hace necesario que posea un cierto grado de cultura pública propia, en forma de medios de comunicación que transmitan su visión del mundo.
A mayores, hay dos tipos generales de nacionalismo.
Por un lado están los nacionalismos llamados culturales, que son los más fáciles de identificar. Básicamente, son nacionalismos de base étnica: osea, que se basan en diferencias de idioma, tradiciones y demás, a la hora de fundamentar su deseo de mayor autonomía. Este tipo de nacionalismo suele generar unos vínculos muy fuertes entre sus miembros, pero a su vez también es bastante cerrado de cara a los que no son parte del mismo. El caso vasco, o catalán son buenos ejemplos de esto.
Por otro lado están los nacionalismos cívicos, que no se basan en una comunión cultural, sino en la existencia de una serie de símbolos comunes. Normalmente, es un nacionalismo que se basa en nociones abstractas, como un conjunto de derechos comunes, un plan común de futuro, una bandera… Es un nacionalismo más suave, pero al mismo tiempo también es menos excluyente. Normalmente, se da en espacios donde varias etnias conviven, y de este modo es más fácil formar entre ellas un vínculo ya que no pone en tela de juicio sus diferentes culturas. Ejemplo de este tipo de nacionalismo serían los Estados Unidos.
Obviamente, como en toda categorización teórica, nunca se da lo uno o lo otro por separado, sino que normalmente hay elementos de uno y otro que se mezclan en diferentes proporciones. Espero que esta breve introducción al tema os haya servido para aclarar algunos conceptos, ya sabéis que si queréis una explicación más a fondo, el libro “Nacionalismo” de Anthony D. Smith es una muy buena opción.
Costán Sequeiros Bruna
Estos son los comentarios del antiguo blog:
Y tú, ¿qué opinas de este libro?