Después de la excelente reseña de este libro que hizo Miguel López Lara en la revista (Re)Pensando, lo cierto es que tenía bastantes ganas de coger por banda el texto de Rendueles. Y la verdad es que el libro no ha defraudado lo más mínimo: complejo, completo, original, fácil de leer, interesante, conflictivo… No estoy, ni de lejos, de acuerdo con todo lo que dice, pero sí que ha conseguido que, incluso en los puntos de desacuerdo, me pare a reflexionar y pensar desde el punto de vista novedoso y diferente que plantea Rendueles a lo largo de las casi 200 páginas del texto. Por todo ello, es sin duda un libro que puede dar pie a múltiples interpretaciones, de modo que la mía quizás no sea la más adecuada pero a mi es lo que me ha inspirado el texto.
El punto de partida de Sociofobia es un ataque directo y brutal al neoliberalismo económico, el liberalismo político/filosófico y las instutuciones mercantiles. Durante los dos últimos siglos, todos estos actores han ido creando una sociedad descentralizada y fragmentada que encuentra que el único modo de entenderse a si misma es a través del precio de las cosas y, por tanto, las interacciones humanas se debilitan al basarse en interacciones puntuales, que se pretenden racionales y basadas en la manipulación (por medio de los medios de comunicación, la publicidad, etc.) de los deseos de la gente, reducidos a simples ansias de comprar tal o cual producto.
Esa es la sociofobia: la destrucción sistemática de todo el tejido social a manos de un sistema donde toda agregación, donde todo lo común y compartido, donde el cuidado unos de otros y los deberes sociales dan taquicardias y problemas respiratorios a la gente, socializada para aceptar esa fragmentación y considerarla deseable.
Aquí es donde entra su otra crítica central, la que dedica al ciberutopismo. En su visión, internet, las redes sociales, etc. sólo son la forma en que una sociedad desestructurada se puede mentir a si misma para creer que no es así. Puede que cada vez tengamos menos amigos profundos de verdad, pero a cambio tenemos 357 contactos en Facebook y nos siguen 3067 personas en Twitter; puede que no tengamos vínculos familiares extensos más allá de un núcleo muy pequeño, pero podemos conectarnos con los demás intercambiando imágenes en Instagram o mandando mensajes a enormes grupos de personas en Whatsapp.
El resultado, según Rendueles, es que la sociofobia se esconde detrás de ese ciberutopismo para desarticular la política. Política entendida en sentido amplio, como el sistema global y común por el cual una sociedad gestiona sus elementos sociales claves, compartidos entre sus miembros. Firmamos peticiones en Change.org para no tener que involucrarnos de verdad en los cambios que decimos creer, donamos por crowdfunding cuando nos apetece en lugar de vincularnos a proyectos sostenidos en el tiempo y que requieren esfuerzos continuos (económicos o de otra clase), etc. Y, al hacerlo, el resultado es que creemos que hacemos política cuando, en realidad, sólo hacemos postureo mientras más y más espacios sociales son convertidos a la lógica fragmentaria y competitiva del mercado, en vez de la colaboración que proponen otras áreas tradicionales.
Así, en Sociofobia hay una buena parte de crítica sobre los medios de comunicación que, aunque en puntos importantes creo exagerada (los vínculos afectivos que se establecen en internet son mucho más fuertes de lo que Rendueles dibuja), es muy acertada y que está en la base de décadas de sociedades políticamente aletargadas.
En su opinión, una de las respuestas a esta situación pasa por una re-politización del mundo, donde la pieza clave sea que empecemos a valorar los cuidados. En su visión, en el mundo no hay gente normal y gente dependiente (enfermas, niños, ancianas…) sino que en realidad todos somos dependientes de los demás, no podríamos sobrevivir los unos sin los otros. Este profundo vínculo debería servir para rearticular una sociedad nueva, más interconectada y donde los lazos sociales sean más fuertes, de modo que se pueda plantear una nueva política no en los términos tradicionales de la izquierda anticapitalista de toda la vida, sino de una visión más profunda y compleja de las necesidades de reforma que englobe el mercado, pero también la política, la educación, la ciencia, etc.
Por supuesto, el libro tiene mucho más contenido del que puedo resumir en este post y es una lectura que recompensa mucho el tiempo invertido en ella. En Sociofobia encontraréis todo esto, sin duda, pero a la vez muchas otras cuestiones como ética, cultura libre, religión, historia, filosofía… realmente, es un libro que vale mucho la pena.
Costán Sequeiros Bruna
Y tú, ¿qué opinas de Sociofobia? ¿Te animas a leerlo?