La mayor parte de la gente cree que el feminismo es simplemente un grupo de mujeres que buscan cambiar una situación que consideran injusta, a menudo sin más proyección. Pero lo cierto es que el movimiento feminista ha sido de una enorme importancia en la construcción de las sociedades modernas.
Pero echemos un vistazo hacia atrás. El origen del movimiento feminista está en los mismos tiempos que el inicio del movimiento sindicalista y muchas otras de las principales luchas que llevaron al establecimiento de las democracias modernas. Como ellas, el movimiento feminista luchó, sangró y se opuso a un status quo que consideraba injusto e inadecuado. Y en gran medida ha triunfado, aunque esa sea sólo la lucha más visible.
Y digo eso porque el principal triunfo del feminismo no consiste en dar voto a las mujeres (que también) o en conseguir que una mujer pueda ser Presidente o no dependa de su marido (que también), sino directamente en poner en tela de juicio un montón de cosas que el mundo daba por sentadas porque “son así” y que en realidad son un constructo de los hombres. Eso es lo principal. La sociedad es algo que construimos todos, con unas reglas adecuadas a lo que consideramos el camino que deseamos seguir, y con unas instituciones que protegen esas normas. Si cambiamos el camino, podemos cambiar las reglas.
Así pues, la sociedad se ha construido con un montón de elementos que los hombres han considerado naturales, y con ellos han armado un conjunto de instituciones para defenderlo. Es el patriarcado en su sentido más profundo y completo. Es muy visible en la familia, por ejemplo, con el dominio del padre sobre todos los miembros de la misma y el encierro de la mujer como “ama de casa” que duró siglos. Por ser tan visible (e importante) fue uno de los primeros puntos que la mujer atacó haciéndolo primero visible, y después cambiando las reglas del juego (reparto de las tareas en casa, ambos miembros trabajando, etc.).
Sin embargo, los elementos de la sociedad construido por el hombre van más allá y son más sutiles que ese. El lenguaje, por ejemplo, pocas personas se dan cuenta pero los términos masculinos son buenos (algo “cojonudo”, por ejemplo), mientras que sus contrapartidas femeninas suelen ser negativas (así pasa cuando algo es un “coñazo”). Ejemplos como estos son infinitos (los personajes de los semáforos, por ejemplo, son ambos hombres), y muestran lo mucho que la mentalidad de una sociedad da forma a las cosas.
Eso no quita, sin embargo, que a menudo hoy en día el movimiento feminista se pierda en luchas inadecuadas. Ambos sexos son diferentes, eso es una realidad inevitable e ineludible, debemos trabajar para crear una igualdad donde esa deba existir (derechos, posibilidades legales y laborales, relaciones humanas…) y reconocer esa diferencia también donde deba reconocerse. Además, no se trata de “vengarse” por la situación de dominio anterior y actual, y ahora colocar a la mujer por encima del hombre. Eso sólo reiniciará el ciclo desde el otro lado.
Hemos de lograr una paridad real, con cambios tan profundos que modifiquen la forma de pensar de la gente, los prejuicios, y todo lo demás. Un futuro mejor es aquel que se forme con lo mejor de ambas partes del ser humano, no el que se forme con el conflicto y el sometimiento de una de ellas.
Costán Sequeiros Bruna
Y tú, ¿qué opinas de esto?
2 replies on “Feminismo y Sociedad”
Estoy de acuerdo hasta un punto… incluso estoy de acuerdo en que el movimiento feminista se pierden en luchas inadecuadas pero he de decir que una de estas luchas es la paridad.. necesaria para el presente y totalmente inútil para el futuro.
Dentro del feminismo (y esto siempre se olvida) hay muchas corrientes (como las hay dentro del sindicalismo o del pacifismo por ejemplo) y la corriente igualitaria no es la más importante ni, en mi opinión, la que debería importar. Es más, esta es la que ha utilizado el poder para hacer ver que está luchando por la mujer (con sus listas de paridad y sus mujeres en puestos destacados.. mujeres que se comportan exactamente como hombres… esto no es feminismo, al menos no es lo que yo entiendo como tal).
Es el feminismo de la diferencia el que acepta que no somos iguales y que lo que deben ser iguales son nuestros derechos y oportunidades.. no queremos parecernos a los hombres blancos de cincuenta años que son los poderosos. No queremos llegar a tener ese poder y ser las damas de hierro. Se trata de construir con la visión del hombre (de TODOS los hombres, de los pobres y los negros también) y de la mujer (de TODAS las mujeres) y llegar a construir un tipo de sociedad distinta a la actual en la que decidamos entre otras cosas si esa forma de poder social nos gusta y si queremos vivir con ella.
Estoy completamente de acuerdo en esa aproximación. Como solía decir mi padre: “tan injusto es tratar lo igual como diferente, que tratar a lo diferente como igual”. Es una lucha por las mentalidades, por los derechos, que permitan tratar todas las partes iguales (todos somos seres humanos) como lo iguales que son, pero sin destruir las diferencias. Eso es lo que requiere el cambio profundo de la sociedad, las instituciones y el poder, añadir simplemente a mujeres que actúen como hombres no requiere cambios más allá de la cosmética al fin y al cabo.