Lo cierto es que esta es una buena película de ciencia-ficción, pero no es de los efectos especiales o de los alienígenas de los que quiero hablar en relación a ella. El apartheid, el odio a lo diferente, el racismo. Están en el fondo de la naturaleza humana, y por mucho que dejemos de hablar de ellos o que sean políticamente incorrectos, no por ello desaparecen. Desde mucho antes de que los humanos fuesen homo sapiens, nos hemos reunido en pequeños grupos; al principio no tenían nombre, simplemente eran un conjunto que seguía a un macho alfa; después se convirtieron en tribus. Sólo con el tiempo serían pueblos, naciones o imperios.
Para ellos, lo diferente era un peligro desconocido. Competidores con la comida, potenciales agresores,… Lo que no estaba dentro del mundo de lo planeado podía salir mal y ser fatal. Es normal que, para ellos, el racismo fuera imprescindible para sobrevivir.
Sin embargo las condiciones han cambiado, eso es indudable. La sociedad es inmensamente más compleja, el peligro exterior se ha reducido enormemente dejando a otros seres humanos como la mayor fuente de riesgo… y no los otros humanos de otras naciones alejadas, sino los de la propia (accidentes de tráfico, por ejemplo). Eso por no mencionar los riesgos implícitos en nuestra forma de vida actual, y que se traducen en enfermedades y problemas psicológicos (depresión, ataques de corazón…). En el mundo moderno, por tanto, el peligro de los “otros” no es tan real como el nuestro propio.
Pero eso no es todo, en el mundo moderno necesitamos la mezcla. Por ejemplo, Europa tiene un índice de reemplazo generacional que no llega al 2, lo cual implica que nacen menos personas de las que mueren. Pero no sólo eso, la entremezcla de culturas produce nuevas ideas, nuevas formas de hacer las cosas, que se adaptan mejor a los tiempos que corren.
Si en la antigüedad estábamos mejor separados, ahora estamos inevitablemente unidos y lo necesitamos. Somos un todo gracias a la globalización, y el racismo no hace más que complicar eso. Ahora es tiempo de ir contra nuestros impulsos antiguos y abrazar los nuevos, porque en el fondo todos somos unos mismos en este pequeño planeta.
Por supuesto, no os voy a decir cómo se vincula todo esto a la película, porque os la fastidiaría, pero me gustaría que pensaseis en ello si la véis. Es de lo que va, en el fondo, debajo de los efectos especiales y la historia. ¡Espero que os guste tanto como me gustó a mi por lo menos!
Costán Sequeiros Bruna
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