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Reflexiones personales

Democracia Electrónica

Hace tiempo que se debate acerca de lo que implicaría la implementación de medidas electrónicas en la democracia: beneficios, cambios y peligros. Sin embargo, el proceso avanza en paralelo al debate. Así, en las últimas Elecciones Generales en España, en diversos Colegios Electorales de la Comunidad de Madrid se emplearon ordenadores para ayudar en el recuento de votos, el control de incoherencias, etc. Y resultó ser una herramienta muy útil para el buen funcionamiento de esas mesas electorales. En el caso español, la legislación no permite ir más allá. Pero en Estados Unidos, por ejemplo, existen Estados donde se permite votar directamente de modo electrónico en unos cajeros específicos.

Esto facilita el hecho de que no sólo se pueda votar sobre los candidatos a Gobernadores u otros cargos, sino sobre numerosas otras decisiones que afectan a la comunidad. Además, permite la personalización de la interfaz, por ejemplo para elegir el idioma, facilitando así la votación a comunidades con distintas lenguas. Y más cosas.

Si cogemos todo esto, podemos elaborar un modelo de democracia más eficaz y real, donde no sólo se voten las cuestiones de representatividad, sino también los elementos concretos de organización de la comunidad. Y hacerlo de modo que todos los integrantes comprendan bien lo que están votando. Es un paso muy importante para la posible construcción de una sociedad basada en una democracia real y participativa, donde los ciudadanos tengan la capacidad y los mecanismos para tomar sus propias decisiones sobre cómo quieren gobernarse a si mismos.

Sin embargo, se critica la implantación de las medidas de democracia electrónica aduciendo que es muy sencillo trampear las elecciones ya que con modificar el funcionamiento del ordenador nadie se daría cuenta; claro que, vistas elecciones donde han votado muertos y cosas igualmente bizarras, no parece que el método tradicional sea más seguro.

Pero es que, a mayores, se pueden establecer modos de aumentar el control de estos sistemas, por medio de la combinación de transparencia y sociedad civil 2.0. Aumentar la transparencia permitiría, por ejemplo, que el código fuente de los programas empleados sea abierto, de modo que se pueda comprobar que no ponderan o modifican los votos emitidos; o haciendo públicamente accesibles las bases de datos con los resultados de los votos. En cuanto a la sociedad civil, su papel sería precisamente el de vigilar esas herramientas de transparencia y traducirlas en una legitimación o un cuestionamiento de los resultados.

Por tanto, yo no conozco ninguna razón seria para defender seguir usando los modelos antiguos, y creo que es necesario ir procediendo hacia los nuevos como modo de ir dando respuesta a las demandas sociales de mayor democracia, mayor control, etc.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas de la democracia electrónica?

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