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Reflexiones personales

Genética Social

He de reconocer que este es un post menos sociológico de lo que debería, sino casi más poético o algo así. Pero no doy más vueltas, la idea me surgió leyendo la saga de novelas Marte Rojo, Verde y Azul, de Kim Stanley Robinson. En un momento dado, entre sus elucubraciones de genética y terraformación, plantea la idea de que la sociedad se perpetúa de un modo genético, pero no lo desarrolla más allá de esa idea. Y es una idea que, científicamente, me repulsa, porque la sociología hace mucho que se ha ido separando de los sociobiologicismos propios del siglo XVIII, demostrando que la sociedad no se comporta como un ser vivo. Pero, por un post, vamos a jugar con esa idea.

El código genético de un ser vivo está compuesto por dos cadenas de ADN entrelazadas, cada una de ellas con una serie de cromosomas. Todos estos codifican en su interior todos los elementos que constituyen el cuerpo y las funciones del ser vivo: su color de pelo, cómo se comportan los órganos, qué músculos van dónde y qué elementos son necesarios para construir hueso. Todo ello, codificado en sus pequeños paquetitos de información genética, cada uno pudiendo estar en una posición de cuatro: A, T, C o G.