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La ficción, las personas y la sociedad

Ficcion y sociedadHay algo mágico en la ficción, sea en series, películas, novelas, videojuegos o cualquier otro formato. Algo que nos llega muy profundo cuando conecta con nosotros y que puede llevarnos a cambios drásticos en nuestra vida, a aprender o a sentir. Y por ello, la ficción juega un papel importante en construirnos como personas y, como resultado, como sociedad.

La primera pieza clave para esto es la empatía. Muchas de nuestras obras favoritas se basan en la capacidad que cada uno tiene de sentirse conectado con los personajes ficticios cuyas aventuras estamos presenciando. Al hacerlo, esos personajes dejan de ser simples objetos de ficción, para convertirse en personas reales con las que podemos conectar. De hecho, por ejemplo, a menudo suelo decir que Sense8 debería ser Sense9, ya que el espectador se convierte en la novena pieza del cluster, viviendo lo que todos los demás personajes viven en conexión con él.

Es esta capacidad de conectar con los personajes la que hace que estemos en el borde de la silla mientas Brad Pitt mira la caja de cartón al final de Seven, sabiendo que va a encontrarse algo horrible. Eso llena nuestra vida de emoción, de terror, de adrenalina, de tensión y por eso se llama el género thriller, porque es capaz de mantenernos en suspense total. Esta vinculación al personaje o personajes la que nos hace llorar al final de BraveHeart cuando despedazan a William Wallace, o escandalizarse cuando se produce la Boda Roja en Poniente.

Al conectar con esa intimidad y profundidad con los personajes, los espectadores acaban relacionándose con ellos como si fueran personas reales. Y, como personas reales que son, tienen impactos profundos y duraderos en nuestras vidas.

Ficcion y sociedadLa segunda manera en que la ficción nos afecta es a través de la reflexión. A menudo, una novela o película puede tener disquisiciones filosóficas que vale la pena reflexionar y pensar. Black Mirror, por ejemplo, nos enfrenta a reflexionar sobre el impacto que la tecnología va a tener en nuestras sociedades y cómo el mundo está cambiando con ella. Igual que el cyberpunk pone sobre la mesa las consecuencias que el cambio tecnológico y neoliberal tienen en la desestructuración que tienen las sociedades contemporáneas.

Al poner conceptos novedosos sobre la mesa, la ficción nos invita a reflexionar sobre ellos y aprender con ellos. Igual que lo hace cuando lo que hay sobre la mesa es la reconstrucción de una época pasada, como en Roma o Los Tudor, que nos invitan a enfrentarnos a ideas que en el pasado tenían sentido y aprender de ellas. Al hacerlo, a plantearnos el futuro y el pasado, o incluso el presente, las series nos obligan a reflexionar sobre la vida y la sociedad que llevamos. Y lo hacen, además, sin hacer una exposición como si se tratase de una clase sobre cómo deben hacerse las cosas… en ningún momento alguien pensaría que Black Sails es una serie que se dedique a dar clase, pero es difícil no ver lo bien que explica por ejemplo la teoría del enmarcado y el poder de las narraciones para mover a la gente.

Y esa es otro elemento clave que tiene la ficción. Las obras de teatro o los videojuegos inducen ideas y forman sentimientos en nuestro interior, lo cual nos cambia. Al cambiarnos, forman nuevas piezas que reconstruyen nuestra identidad, el modo en que vivimos y entendemos el mundo, y la manera en que nos relacionamos con él. Y cuando nosotros cambiamos el modo de interactuar, con nosotros puede cambiar lo que nos rodea, porque nosotros tenemos un impacto claro en todo ello.

Ficcion y sociedadPor eso una buena película puede crear debates que afecten a toda una sociedad y la obligue a replantearse cosas, como hicieron las películas sobre Vietnam (como Apocalypse Now) a la hora de replantear a la sociedad americana el precio que tiene la guerra. O el hecho de que Matrix fuese usada en muchísimos institutos como un modo de explicarle a los niños la filosofía de Descartes. Y seguro que más de una universidad o instituto ha usado El Ala Oeste de la Casa Blanca como modo de enseñar el funcionamiento del sistema político norteamericano de un modo didáctico y entretenido. O el modo en que series como Sense8 sirven para concienciar sobre valores sociales que están o deben cambiar, como es el respeto a la diversidad.

Es por todo esto que la ficción es una parte central de la experiencia de un ser humano. Desde un niño pequeño que aprende valores con los cuentos que le narran sus padres antes de dormir a la pareja de enamorados que refuerzan su vínculo con el abrazo que comparten al ver una película romántica en el sofá, las historias son una parte central de quienes somos. Nos construyen, nos narran, nos ilusionan, nos motivan. Y, al hacerlo, son reales porque tienen consecuencias reales. No importa que sean elementos de ficción o que los personajes no hayan existido, lo que importa es que son reales para nosotros mientras lo vivimos con ellos, emocionándonos cuando salen bien las cosas, llorando cuando van mal. Se convierten en historias reales porque son reales y las vivimos como tales en nuestro interior. Por eso son una parte central de toda sociedad conocida desde tiempos inmemoriales, y ocupan un lugar tan presente por ejemplo en este blog.

Al final, como una vez leí en algún sitio, somos las historias que vivimos. Y para vivirlas, no necesariamente tienen que ser “reales”. Al fin y al cabo, “la vida es sueño y los sueños, sueños son”.

Costán Sequeiros Bruna

Y tú, ¿qué opinas del papel de la ficción?

2 replies on “La ficción, las personas y la sociedad”

Creo que a veces las series, las películas (y a veces las que menos esperamos) pueden mostrarnos partes de nosotros que desconocemos. Falacias, ideas erróneas o poco matizadas, detalles incorrectos de cómo creemos ser. ¿Y si hace eso en un individuo, qué pueden hacer en toda una sociedad? Black Mirror es a una sociedad lo que Sense 8 es a uno mismo. Son espejos, en el sentido más literal de la palabra, espejos dispuestos a mostrarnos lo que queremos ver… Y lo que no. La diferencia es que con una serie siempre tenemos la posibilidad de refugiarnos en que es “ficción”.

Estoy totalmente de acuerdo contigo menos en la última frase. A menudo creemos poder refugiarnos porque pensamos que es ficción, pero lo cierto es que como operan dentro nuestra, es imposible realmente esconderse una vez que las has experimentado. Más allá de quitarlas y dejar de verlas/oirlas, las historias una vez experimentadas se internalizan, se convierten en trozos de nosotros, escenas que recordamos y diálogos que nos han impactado. Muchos creen poder refugiarse porque es “ficción” como bien dices, pero lo cierto es que son como virus: una vez ya están dentro, actúan a menudo de modo invisible aun cuando no se quiere.
Por todo el resto, completamente de acuerdo, toda historia nos revela cosas de nosotros, de los demás, del mundo… y a cada uno quizás le muestre cosas distintas, segun como las vivan, experimenten y sientan.

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