Hay un dicho americano interesante que dice algo así como que, si alguien se pusiese en Times Square durante el suficiente tiempo, vería pasar ante sus ojos a todo el mundo. Esto toca un trozo importante de la realidad del mundo: Times Square es el centro de la ciudad más globalizada del mundo, Nueva York, y es en cierto modo el núcleo de un mundo que cada vez es más pequeño (como reza la canción de Disney, en la misma línea). Sin embargo, esto oculta una verdad más compleja.
Es fácil imaginar que en países como China, en un pueblecito perdido de su enorme extensión, haya alguien que no vaya a pisar Times Square. Probablemente, de hecho, nadie de ese pueblecito lo pise. Y aunque China se está urbanizando, el porcentaje de población rural es muy alto, así que no sería descabellado pensar que al menos la mitad de la población china jamás pisará Times Square (solo eso ya son unos 600 millones de personas). Y como China podemos imaginar lo mismo de Arabia Saudí, Corea del Norte o Rusia.
Pero incluso sin irnos a regimenes tan cerrados, el enorme abanico de Estados en camino de fragmentación y descomposición añadiría muchos millones más. Los refugiados sirios no están pensando en llegar a Times Square, sino que se conforman con llegar a países cercanos o, incluso, intentar llegar a Grecia. Y los habitantes de un país tan fragmentado como el Congo se encuentran en una situación similar.
Y abriendo un poco más la mano, seguro que hay habitantes de las favelas de Río, de los pueblos de Marruecos, o de las villas del sur de Francia que tampoco han ido a Times Square. Yo, desde luego, conozco a una buena cantidad de ellos en España. E incluso en el propio Estados Unidos, habrá gente perdida en los pueblos de Kentucky o Tejas que jamás habrán ido a Times Square.
Por tanto, claramente, el dicho es falso. No todo el mundo tiene acceso a Times Square por mucho que sea el punto del mundo más interconectado con todo el resto. Incluso muchos miles de millones de habitantes se encuentran desconectados de ese centro.
Esto se debe a la existencia de diversos núcleos de barreras. Por un lado hay barreras políticas (regímenes que bloquean la salida de sus ciudadanos, por ejemplo), burocráticas (la viabilidad de conseguir permisos de acceso en embajadas), de interés (gente a la que nada se le ha perdido allí) y económicas (ir a la plaza requiere dinero y tiempo), etc.
Abramos incluso más la definición: en vez de estar físicamente en Times Square, ¿y si contamos haber estado expuesto a la plaza de cualquier modo? Valen películas, imágenes de Google Earth, fotos en catálogos… cualquier modo de haber visto al menos una vez una imagen de Times Square.
Sin duda, el número de gente que no ha estado ante él es mucho más bajo ahora. Los americanos y los europeos todos hemos visto la plaza decena de veces en las noticias o las películas americanas. Incluso en las zonas más complicadas como las favelas de Río o los pueblos de Marruecos es probable que hayan estado expuestos a imágenes de la plaza.
Las barreras en este caso son mucho menores. El coste de un televisor es mucho menor que un visado, un pasaporte, un vuelo, alimento y alojamiento. Pero incluso eso es algo que no necesariamente está a disposición de todo el mundo: hay muchas regiones el planeta con problemas de abastecimiento eléctrico o esporádico, o donde no hay cobertura de móviles o de internet, o donde acaso la única televisión está en el bar y se ve una única cadena controlada por el propio gobierno que utiliza para hacer su propia publicidad.
E, incluso a gente con acceso a internet y medios de comunicación, existen otras barreras como el Gran Firewall chino que limita el acceso a las webs del exterior por parte de los ciudadanos del país, de modo que no accedan a “contenido peligroso o subversivo para el Estado”.
Todo esto pone claramente en entredicho la globalización. Si, la interconexión y la interdependencia entre Estados, empresas y demás es real y cada vez mayor. Cada vez más el mundo vive interconectado de modo que de nada vale cambiar o mover piezas en una localidad si no afecta a lo global. Sin embargo, eso no implica que todo esté globalizado en igual grado ni que no existan desigualdades.
Al contrario, el mundo se encuentra muy desigualmente globalizado, con regiones prácticamente aisladas por completo del resto o conectadas únicamente con lo que tienen cerca. E incluso colectivos dentro de los países conectados que son mantenidos fuera por alguno de los círculos de barreras. Porque, al final, aquel que puede cruzar todas las barreras y llegar a Times Square es alguien con poder, mientras que aquel que es bloqueado en algún punto está atado a lo local y privado de parte importante del poder. Los ricos y poderosos se han globalizado mucho más que los pobres, los incultos, los excluídos por cuestión de raza, ideología o género, etc.
Así que, innegablemente, vivimos en un mundo globalizado, donde los viajes y la información están al alcance de un click. Sin embargo, ese click puede estar muy lejos y ser muy inaccesible todavía para mucha gente. ¿Menos cada vez? Es probable, pero aún las barreras persisten y es importante tenerlas en cuenta.
¿El mundo es pequeño? Desde luego Disney, pero no igual de pequeño para todos.
Costán Sequeiros Bruna
Y tú, ¿qué opinas de la globalización? ¿Has estado en Times Square?