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Reflexiones personales

Mi Concepción de la Sociedad

Parece que el post de ayer sobre la resistencia al poder levantó bastante debate sobre el poder y mi concepción del mismo. Así que es hora de dedicarle un post, pero antes necesito dedicarle un post a mi concepción de la sociedad, porque uno va inextricablemente unido a la otra. Así que, vamos allá.

Empecemos pues, por el principio. La sociedad está compuesta por actores sociales, que son aquellas personas que la componen, las instituciones de su interior, etc. Los actores sociales interactúan los unos con los otros, se condicionan y se relacionan de modo continuo, cada uno luchando por avanzar sus propios objetivos.

Y este es un punto importante: sus objetivos implica que tienen voluntad. Y que el resultado de esas interacciones es, inevitablemente, el conflicto porque distintos grupos y sectores de la sociedad (especialmente en sociedades plurales como la que tenemos hoy en día). Pero el conflicto no necesariamente es algo malo, al contrario, es de su interior de donde a menudo sale lo mejor de los seres humanos, las ideas más avanzadas que permitan solucionar problemas, y las fuerzas que a menudo nos llevan a trabajar unidos. Por supuesto, el conflicto también es destructivo, de modo que ambas tendencias coexisten en el núcleo de la sociedad y de todas las interacciones entre actores.

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Sociología

El Crimen Global

Si cogemos cualquier película de mafias, lo que veremos es una inestable tregua entre familias y grupos que, pronto, acaba estallando en guerras violentas y salvajes. Esa es la historia de El Padrino, por ejemplo, el referente más clásico del género. Sin embargo, en el mundo real, la mafia no se comporta de esa manera, al menos no de un modo tan claro y, desde luego, menos a medida que la globalización avanza.

Según el análisis que hace Castells en el tercer tomo de la Era de la Información, lo cierto es que el hampa se comporta de un modo muy diferente. Lo primero que tenemos es que son grupos localizados claramente, con un fuerte extracto nacional y/o étnico. Esto les permite construir vínculos de confianza, algo imprescindible en un mundo donde la traición es tan viable, asi como construir códigos con lo que es válido y lo que no lo es. La mafia siciliana, la yakuza japonesa, las triadas chinas, el vory ruso, los cárteles mejicanos… todos ellos mantienen sus raíces culturales/geográficas incluso cuando operan fuera de sus fronteras.