Tras el final de la Guerra Fría, Estados Unidos se convirtió en la única hegemonía dominante en el mundo. Llegó incluso a hablarse, como dijo Fukuyama, de que la historia había llegado a su final, ya que nadie sería jamás capaz de desafiar al titán. Sin embargo, como expondré a continuación, la situación ha cambiado ya mucho, y más cambiará en el futuro.
Las economías emergentes y sus correspondientes países llevan muchos años creciendo a distintos pero altos ritmos, pero al principio su ascenso estaba eclipsado por la potencia total americana, y la potencia económica ascendente europea. Sin embargo, cuando en 2001 Jim O’Neill (de Goldman Sachs) creó el término BRIC para englobar a Brasil, Rusia, India y China como buen destino de inversiones, la situación había ya cambiado tanto como para que estos cambios empezasen a hacerse muy visibles. Sus economías crecían a toda velocidad, y cada vez se aproximaban más a las dominantes. Se mencionaba que China cogería a Estados Unidos, si mantenía el ritmo, despues de 2050, pero con el paso de los años la cifra se fue rebajando más y más. Sin embargo, por aquel entonces, en plena crisis de las Torres Gemelas y la Guerra de Afganistán primero e Irak después, la hegemonía americana aún se veía intratable en su gran poder, y la posición de los BRIC se consideraba una cuestión simplemente económica.