Durante el último par de meses, no hemos oído otra cosa que hablar de cómo las elecciones andaluzas iban a marcar la dinámica política del año, si podían o no actuar como termómetro para las siguientes elecciones, si PSOE/Podemos o PP/Ciudadanos, etc. Finalmente, están los datos y las estadísticas de los resultados, así que voy a ir partido por partido comentándolos, antes de llegar a unas conclusiones finales.
Empecemos pues por el PSOE. Con 47 escaños consigue igualar los resultados de las elecciones anteriores y salvar con ello los muebles. Sin embargo, difícilmente se puede considerar un buen resultado. Con un enemigo cubierto de escándalos (PP) y su propia lista llena de problemas con los ERE, el final le ha permitido sobrevivir pero no aprovechar una oportunidad para crecer. Y, teniendo en cuenta que son elecciones en una de las comunidades donde más arraigo tiene y lleva gobernando décadas sin alternancia, y donde tienen probablemente a su líder mejor valorado, salvar solo los muebles no es un buen resultado.

O eso reza el dicho, que en días como hoy, parece más cierto que nunca. El escándalo de Petraeus en Estados Unidos, la financiación ilegal de Sarkozy en Francia usando dinero de Gadaffi, el uso indebido de dinero del Parlamento británico para comprar pisos en Reino Unido, los infinitos casos de Silvio Berlusconi… podríamos seguir eternamente. Lista a la que hoy hay que añadir el grado completo de corrupción que ha aparecido en la cúpula del PP. ¿Por que lo hacen, cuando ya lo tienen todo?