Dentro de un año exactamente, Escocia se enfrentará al referendum para decidir si quiere permanecer o no dentro del Reino Unido. La Diada acaba de fortalecer ese debate en España. Y en otras partes de Europa, discursos similares se reproducen con menor fuerza, desde la Liga Norte italiana a los diversos grupos independentistas de Bélgica.
La cuestión de la independencia es una cuestión especialmente peliagura, porque es una cuestión eminentemente emotiva: sentimientos de pertenencia, de agravio histórico, de inferioridad o superioridad, etc. A menudo, sobre la independencia no habla el cerebro, sino el corazón, y contra eso es difícil argumentar.