Al hilo del último post sobre mi concepción de la sociedad, me toca ahora finalmente exponer mi concepción del poder. Como señalé en aquel post, ambas cosas van inevitablemente unidas, de modo que es posible que este post quede muy en el aire para aquellos que no hayan leído el precedente. Como rápido resumen de aquel, la sociedad está compuesta por infinidad de actores (con voluntad propia) conectados en una vasta red social y organizados en multitud de campos y entre todos negocian permanentemente sobre la sociedad en su conjunto.
Para entender el poder y mi visión del mismo, lo primero es centrarnos en cada campo social. La sociedad está organizada en infinidad de estos, que aglutinan a una serie de actores que comparten algo en común: una empresa, un colegio, una familia,… un tipo o conjunto de vínculos específicos que estructuran sus relaciones. Todos esos mini-campos se vinculan con otros similares hasta constituir los grandes campos sociales: el campo económico (suma de las empresas, las cooperativas, los autónomos…), el campo político (partidos, organizaciones, instituciones…), el campo cultural, etc. Por tanto, cada uno de los campos es una vasta red de relaciones en si mismo, construidas en torno a círculos más pequeños de relaciones (cada una de las unidades de ese campo, o minicampos).