El poder está en todos nosotros, cada uno tiene una cierta capacidad de agencia a la hora de condicionar el mundo en el que se mueve. Sin embargo, hay aquellos que tienen mucho más que otros y estos son los que tienen acceso a las distintas fuentes: dinero, el control de las instituciones, el control de la educación pública, el liderazgo de algún colectivo, un conocimiento importante, la capacidad para crear opinión pública, etc. Entre todas las fuentes principales de poder hay una que destaca en gran medida: el control de las emociones de los demás.
Las emociones de la gente tienen un poder enorme porque son irracionales, circunvalan los circuitos lógicos de los ciudadanos para hacer que estos actúen de maneras específicas. Indudablemente, no anulan por completo la razón, pero si que hacen que esta vea su lógica modificada por completo al cambiar el modo en que se entiende y analiza la situación. El cuento del Flautista de Hamelín es un buen ejemplo, ya que el flautista es capaz de conseguir que los niños lo sigan simplemente hipnotizándolos con música (que, en última instancia, como todo arte suele ser un lenguaje mayoritariamente emocional).

Hace unos días expuse cómo la
Julio Cesar, uno de los destructores de la democracia plutarca que era la República Romana sube la escalinata camino del Senado y es acuchillado decenas de veces por sus compañeros, incluyendo a su propio segundo, su hijo Bruto. Algo más de dos mil años después, Enrico Letta, Primer Ministro no electo de la democracia representativa donde importa demasiado el dinero que es la República Italiana, es destrozado con las puñaladas figuradas de su segundo, Matteo Renzi. ¿Alguien ve algún elemento en común?
El Emperador se sube a su caravana fastuosa, la gente dispara los fuegos artificiales y la comitiva se pone en marcha con gran pompa y circunstancia. La gente aclama a su paso, le vitorea, le anima. Hasta que, entre toda la gente, un niño dice “¡el Emperador va desnudo!”.
Estas dos son las principales teorías actualmente de explicación de las relaciones internacionales, y aunque raramente sean mencionadas como tales, están permanentemente en las noticias de un modo u otro. Así que vale la pena echarles un buen ojo.