
Si miramos hacia atrás en el tiempo, es inevitable ver que el mundo ha cambiado mucho. Solo contando el breve tiempo en que hemos estado en la Tierra como homo sapiens sapiens, nuestro modo de funcionar, vivir, sentir, trabajar, hacer, competir, colaborar, crear… todo, ha cambiado dramáticamente un montón de veces. Las sociedades resultantes de la combinación de todas esas cosas se vuelven irreconocibles a si mismas según pasa el tiempo y cambian sus valores, sus instituciones, sus ambiciones. Ese es el resultado del cambio social.
Vivimos hoy en día en un mundo de cambio social acelerado, donde proceso se da cada vez con más frecuencia, en intervalos más y más cortos. Si la vida de un campesino medieval probablemente fuera muy similar a la de su padre y abuelo, nosotros podemos notar cambios dramáticos en la nuestra simplemente mirando 10 años hacia el pasado. Para ello, el cambio se genera históricamente (de un modo breve y simplificado) por tres vías distintas.










El 2014 ha sido, sin lugar a dudas, un año movidito, con infinidad de cosas ocurriendo que nadie hubiera imaginado tal día como hoy hace un año. Ha dejado numerosos procesos abiertos cuyos eventos seguirán desarrollándose a lo largo del próximo año y, por eso, creo que vale la pena intentar echarle un vistazo a qué nos puede deparar el futuro. Por supuesto, mi bola de cristal está estropeada, así que todo vistazo al futuro puede errar por completo, pero aún así resulta un ejercicio interesante.
Hace un par de días hablaba aquí de los
Gerontocracia es el gobierno de los viejos, y es una herencia que tenemos desde los tiempos más antiguos, cuando el anciano (varón) era el jefe de la familia y mandaba en todo, y el consejo de ancianos gobernaba el pueblo. Y como los puestos de poder eran de por vida, y normalmente hereditarios, generalmente lo que se encontraba era que la generación mayor era la que gobernaba. Esto, que parece anticuado, sigue siendo cierto hoy en día: Rajoy tiene 59 años, Merkel 60 y Obama, a quien a menudo se considera joven, 53. El único lider importante de una franja joven es Matteo Renzi, con 39. Pero, ¿es así como deberían ser las cosas?
Los movimientos sociales son algo muy especial para la gente: para unos, los involucrados, son un frenesí, un camino hacia un futuro mejor, un proyecto con sentido en el que esforzarse; para otros muchos, es una fuente de ideas y cosas raras; finalmente, para otros, son un fracaso uno tras otro. Dicen estos últimos: “¿acaso ha acabado la dominación de la mujer tras el trabajo del movimiento feminista? ¿Ha cambiado la política y acabado con la corrupción el 15-M? ¿Los pacifistas han acabado con las guerras? No, al final, todo sigue igual.” Y, sin embargo, esta apreciación es cierta sólo porque no entienden la función real de los movimientos sociales.
Hoy toca compartir un