Miremos a donde miremos, los escándalos de corrupción se suceden. Bankia, la financiación de Sarkozy, Gürtel, los casos de plagio en Rumanía, etc. Y parece que, junto a esto, nos encontramos con una justicia incapaz de actuar, desde la pérdida de rango de juez de Garzón a los bloqueos del PP a cualquier tipo de investigación en el Parlamento.
Pero no sólo la corrupción parece extenderse, sino que cada vez más aspectos del poder se muestran descarnados ante los que miramos. Bombardeos con drones en Oriente Medio, donde para matar a un terrorista mueren varios civiles. Presiones de los políticos que ronzan el chantaje o que fuerzan a los demás a tomar decisiones por su simple poder superior, como el sometimiento de Grecia ante las dracónicas imposiciones de la UE. Venta de armas a gobiernos que las van a usar para violar los derechos humanos. Y la lista sigue.

Escrito por Javier Noya, y supongo que publicado en torno a septiembre de este año, la verdad es que es un libro difícil de comentar en unas líneas como estas. La razón es que, pese a la coloquialidad del discurso en su forma, su contenido es complejo y muy amplio. Así, a lo largo de sus 450 páginas, el autor analiza todas las dimensiones de la imagen de España en el exterior, desde la música a las fuerzas armadas, del soft al hard power, del siglo XVIII al XXI, de la política a la cultura, etc. Abarca así una enorme variedad de temas que configuran la imagen de España en el exterior, desde una imagen tanto objetiva (¿qué dicen los datos duros, económicos y de otro tipo, sobre la situación real?) como subjetiva (¿qué opinión tiene la gente del mundo sobre esas cuestiones?), lo cual le da gran profundidad y riqueza. Es obvio que habrá gente interesada en unos aspectos u otros del texto, pero al ser un análisis tan amplio, hay cosas interesantes para todo el mundo.
Hay un
Los idiomas dicen mucho de las sociedades y personas que crearon ese idioma: de sus necesidades, de la forma de relacionarse con el entorno, y de las cosas que consideran similares u opuestas, por ejemplo. Así los esquimales tienen muchas más palabras para blanco que el resto de las sociedades, porque distintas tonalidades se pueden referir a distintos tipos de hielo, indicando peligro o seguridad.
Una mini-serie de tres capítulos, aunque realmente son tres historias de una hora más o menos, completamente independientes y que, de hecho, no comparten entre sí nada. Bueno, nada menos el hecho de ser una aguda y muy crítica visión de la sociedad en la que vivimos, y la invasión que la tecnología puede realizar en la misma.
Democracia: el gobierno del pueblo. Como hemos discutido numerosas veces, este