En un texto francamente interesante a la par que sencillo y lleno de profundidad, el autor americano Howard Becker le da una vuelta a la tortilla a la hora de explicar por qué las sociedades son estables y las estructuras de poder. Al contrario que la mayoría de teorías sobre la estabilidad, que parten de las estructuras subyacentes (marxismo, estructuralismo, los campos, etc.), Becker toma la lógica opuesta y construye su teoría de la estabilidad en torno a la acción individual.
Para ello, Becker parte de la acción individual. Cada persona tiene unos objetivos, una forma de ser y de actuar, y al hacerlo se relaciona con las demás. Para conseguir estos objetivos, las personas normalmente escogen los medios que consideran que se ajustan más a lo que buscan, a la vez que maximizan la eficacia y minimizan el esfuerzo. Y para explicar este proceso, Becker aplica su teoría de la inercia al mundo de la música.

Este libro, del ilustre Ortega y Gasset tiene una virtud: es corto. Si, se que no es decir mucho bueno del libro, pero lo cierto es que he de reconocer que Ortega me ha defraudado. Es lo primero suyo que leo, quizás no sea lo mejor, pero para mi gusto pasa demasiado tiempo filosofando sobre cosas que realmente no importa y sólo muy ocasionalmente regresa a los temas interesantes que plantea (que existen, no digo lo contrario).
Hoy por hoy, el constructivismo en sociología es probablemente el paradigma dominante, o al menos el principal. Ante la superación del funcionalismo y los límites de la teoría actual sobre el conflicto, el constructivismo surge como un modelo teórico de explicación de la realidad que permite combinar la perspectiva macro/estructural, con la perspectiva individual y el conflicto en la realidad social. Autores como Foucault o Latour han sido destacados miembros de esta corriente, que se ha extendido de la sociología general a corrientes y disciplinas como las
A menudo, es habitual escuchar a alguien llamar a otro fascista cuando el otro le impone su decisión, o usos similares del término porque la sociedad normalmente considera uno sinónimo del otro. Sin embargo, desde la perspectiva sociológica y politológica, y teniendo en cuenta que es un debate abierto de momento, ambos términos son distintos y describen distintos modelos políticos. Autoritarismos ha habido mucho, desde el régimen de Franco al actual de Corea del Norte; en cambio, fascismos sólo ha habido uno en la historia, la Alemania de Hitler. Así que vayamos viendo cómo se construyen ambos sistemas en sus diferencias, para ilustrar cómo uno y otro parecen muy similares, pero al final resultan no serlo.
La frase que da título a este post es de Wilfredo Pareto, uno de los grandes teóricos de las élites que ha habido en sociología. Y refleja la imagen habitual del proceso de cambio social que ha imperado durante gran parte de la historia: un grupo con el poder debe defenderse contra los grupos de advenedizos que se lo quieren quitar. Es el caso de la burguesía sustituyendo a la nobleza como el centro del poder a partir del Renacimiento, por ejemplo. Sin embargo, ¿sigue siendo válida en el siglo XXI?
Aquí tenéis este
Estas dos son las principales teorías actualmente de explicación de las relaciones internacionales, y aunque raramente sean mencionadas como tales, están permanentemente en las noticias de un modo u otro. Así que vale la pena echarles un buen ojo.