La sociedad civil ha estado siempre en conflicto con el poder, remodelándolo en la medida en que ha podido. Las huelgas y manifestaciones han sido sus armas principales, como lo han sido posteriormente los sindicatos, las ONGs, o los movimientos sociales más o menos establecidos.
Sin embargo, como dice la canción, the times they are a changing, y estos requieren y proporcionan nuevas armas. Hemos empezado a ver a la sociedad civil organizarse de nuevos modos: las redes sociales han sido clave en el bypass de las medidas de vigilancia de las dictaduras de la Primavera Árabe, y han sido capaces de convocar a muchos miles de personas desde el Tahrir hasta la plaza de Sol o Wall Street. No solo a la hora de convocar han sido útiles, sino que también lo han sido a la hora de informar de las demandas y proyectos, o incluso a la hora de conformarlos, mediante perfiles en las páginas principales, foros, etc.