A menudo tenemos la sensación de que la Historia es algo que ocurre durante largos periodos de tiempo, como la evolución. Durante siglos, la vida social de la Edad Media es relativamente homogénea. Cierto, cambian los Reyes y reinos, avanzan lentamente los estilos artísticos, etc. Pero, en gran medida, durante casi un milenio la Historia mantiene muchos elementos homogéneos.
Sin embargo, esa percepción sólo se mantiene cuanto más atrás miramos. A partir de esa Edad Media, la Historia cada vez se ha ido acelerando más a medida que los cambios sociales y tecnológicos provocaban nuevos cambios cada vez más rápido. El Renacimiento sólo dura unos dos siglos, y ya dentro del mismo incluye cambios históricos muy importantes como la aparición de los gobiernos centralizados, la imprenta, etc.

Hoy se celebra el 4 de Julio, Día de la Independencia en Estados Unidos, que conmemora la Declaración de Independencia de 1776. Hoy, hace 236 años, el mundo vio nacer la primera democracia moderna (si no contamos el lento evolucionar parlamentario de Gran Bretaña). Se dice rápido, pero hace casi un cuarto de milenio. Y, en un día tan cargado de simbolismo como este, creo que es interesante pararnos a recordar lo que aquel momento histórico ha implicado para la historia.
Esta es una serie muy interesante, que gira en torno al mundo de los publicistas en la década de los 60. Sin una trama muy importante como tal (no hay crímenes, ni grandes giros argumentales, ni ningún artificio de guión), nos mete de lleno en la descripción de cómo era la vida americana en una de las décadas más importantes del siglo XX. Por ello, contiene muchas cosas interesantes sociológicamente.
Estas dos palabras, aparentemente tan similares, son claves para entender los cambios que en la sociedad se han producido en los últimos años, más o menos a partir de la caída del Muro del Berlín. Y es que os voy a revelar una verdad en la que seguro que no habíais pensado jamás: el mundo se está globalizando. ¿Increíble, verdad?