Teniendo en cuenta que, mientras escribo esto, las elecciones americanas aún no han terminado y no se sabe quien es el vencedor, creo que puede ser interesante ver cómo funciona su sistema, y así poder comparar con el funcionamiento del nuestro o, simplemente, entender mejor lo que ocurre en estos momentos del otro lado del charco.
Lo primero que debemos entender es que el sistema americano, a diferencia del nuestro, no es proporcional sino mayoritario. Aqui se intenta que todos los votos queden reflejados en la composición del Parlamento o cualquier otra autoridad (aunque su proporcionalidad no sea, precisamente, muy buena). Por el contrario, el sistema americano se basa en lo que ellos llaman “el ganador se lo lleva todo”: da igual que sea por un 30 % que por un 1 %, el ganador se lleva todo lo que está en juego.