Aprovechando la visita de Lucas Barreiro y las fechas inmediatamente antes de la jornada de reflexión, ambos intentamos recorrer juntos un acto de cada partido. Tan pocos días no dan para mucho, de modo que al final hubo que escoger cuatro opciones y fueron esas cuatro. Ahora os narraré la experiencia, las señales y símbolos más importantes que encontramos y, aunque las palabras son mías, las ideas son fruto de los apasionantes debates con él y el análisis conjunto de lo visto. Así que, ya de antemano, mi mayor agradecimiento para él.
1 – La Fortaleza Blindada: el PP
El acto de Esperanza Aguirre fue más parecido a la entrada de Bárcenas en un juzgado que a la actuación de alguien que está buscando el apoyo de la ciudadanía. Llegó tarde en un enorme bus azul, pero las cosas interesantes habían empezado antes. Nosotros observábamos desde un lateral: ante la puerta un nutrido grupo de periodistas y algunos hombres mayores trajeados, en los alrededores unos pocos curiosos. Y pronto salieron de dentro una buena cantidad de personas, muchas mujeres y todos en general más jovenes, que narraron que los “habían olido” y que por eso los habían hecho salir. Se preparaba una mini-manifestación ante la llegada de Esperanza y el PP había hecho lo más natural a la hora de conectar con la ciudadanía: echarla.

A la hora de elaborar un proyecto de investigación básicamente hay que cubrir una serie concreta de categorías y espacios, con respuestas claras y concisas. En el taller que comparto hoy con vosotros explico cada una de ellas de modo que sea sencillo ir cumplimentando el proyecto y, de paso, estreno mi canal de Youtube aunque no se con qué frecuencia le iré añadiendo contenido. ¡Espero que os sea útil!
The Political Machine 2012 nos pone en la piel de uno de los candidatos a las elecciones a la presidencia norteamericana en 2012, pudiendo escoger entre los diversos candidatos reales o crear el nuestro propio. A nivel de jugabilidad, el juego es un poco pobre, pero desde la perspectiva sociológica tiene algún elemento interesante.
Desde hace tiempo, el debate sobre la calidad de nuestras democracias está abierto, sopesándose elementos como la frecuencia de las elecciones, la limpieza de las mismas, la existencia de corrupción, la apertura de los partidos, la participación ciudadana, etc. Todas estas cuestiones son importantes a la hora de evaluar una democracia representativa como las que encontramos hoy en día y suelen dar como valoración final una calidad relativamente media o baja de nuestras democracias. Sin embargo, por importante que sea este debate, a la hora de la verdad palidece si tenemos en cuenta que la democracia representativa es, en el fondo, una trampa.
A menudo, se argumenta que la economía lo puede todo, que con unos cuantos millones de dólares puedes comprar cualquier cosa, que los mercados financieros dominan el mundo y demás analogías para señalar la que parece una verdad innegable: vivimos en un mundo donde manda la economía. Ante ella, la política se queda en una esquina, apaleada ante unos flujos globales que dictan recortes, cambios y tratos de favor a empresas y millonarios. La ciudadanía, finalmente, queda desprotegida así ante una economía desbocada. Este retrato tan neoliberal, casi
El 2014 ha sido, sin lugar a dudas, un año movidito, con infinidad de cosas ocurriendo que nadie hubiera imaginado tal día como hoy hace un año. Ha dejado numerosos procesos abiertos cuyos eventos seguirán desarrollándose a lo largo del próximo año y, por eso, creo que vale la pena intentar echarle un vistazo a qué nos puede deparar el futuro. Por supuesto, mi bola de cristal está estropeada, así que todo vistazo al futuro puede errar por completo, pero aún así resulta un ejercicio interesante.
El viernes pasado se entrevistó en
Hace un par de días hablaba aquí de los
Desde el siglo XVIII-XIX, el modelo de lucha de los ciudadanos contra el poder ha cambiado radicalmente. Se abandonaron las revueltas campesinas contra el señor feudal local y en su lugar se sucedieron las revoluciones; y, tras estas, en regimenes democráticos, la herramienta principal de la lucha obrera (la primera de las grandes luchas, a las que luego se unirían otras como la feminista o contra la segregación racial) fue la manifestación. Y sus éxitos se sucedieron de tal manera que, a estas alturas, parece el modelo perfecto de lucha en todos los campos, y casi se ha vuelto no sólo el hegemónico sino el unico. Sin embargo, una conversación esta tarde con Marta Lizcano y Miguel Ángel Cea me ha dado ganas de escribir acerca de este tema porque… ¿sigue siendo un método de lucha válido en el siglo XXI?
La historia de las relaciones internacionales es una historia que empieza antiguo, tan temprano como los primeros imperios porque, tan pronto hubo un “nosotros” nació un “ellos” y, al hacerlo, la necesidad de dialogar con esa otra parte. Al principio, los gobiernos hacían poco en relaciones internacionales, normalmente se limitaban a declarar guerras, favorecer el comercio que pudiese surgir, o enviar emisarios ocasionales. La Hélade, la alianza de las ciudades-estado de la Grecia antigua, fue la primera gran alianza y, con ella, nacieron muchas otras formas diplomáticas como podían ser los juegos olímpicos.