Desde hace muchos meses, los periódicos están llenos de noticias respecto a la llegada de inmigrantes a Italia, de la operación Tritón de la Unión Europea, las vallas de Melilla y ahora la llegada masiva de inmigrantes y refugiados a través de Turquía y Grecia. Es una realidad compleja que responde a muchas razones, pero aquí voy a analizar las que considero principales. Aunque hablaré principalmente de la situación europea, Estados Unidos bien puede encajar en el molde en buena medida.
La primera es una cuestión clara: la seguridad. Muchos de los refugiados que llegan a las costas europeas lo hacen huyendo de las guerras que asolan sus hogares, esperanzados por la promesa de la larga paz de la que disfruta Europa. Los conflictos en Oriente Medio y el Norte de África son claros en este sentido, pero existen numerosos conflictos en el África subsahariana que actualmente aparecen poco a menudo en la prensa y que son causa de los movimientos desde esas zonas. La promesa de la seguridad europea actúa así como un faro de llamada ante la realidad de falta de seguridad en sus espacios.